Los sindicatos del transporte presionan para tener un cargo estratégico en la futura CGT

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La conducción de la CATT, en un plenario realizado en la CGT

La nueva CGT será elegida en un congreso que ya tiene fecha, el miércoles 5 de noviembre, y su composición se definirá en intensas negociaciones que, como es tradicional, seguirán hasta el último día posible.

Aun así, ya existe un principio de acuerdo entre los sectores mayoritarios para elegir otro triunvirato de conducción, con nombres como los de Cristian Jerónimo (empleados del vidrio) y Jorge Sola (seguro), mientras que el tercer lugar sería para el sector de Luis Barrionuevo (gastronómicos): Maia Volcovinsky (judiciales), o Daniel Vila (Carga y Descarga).

Aún no hay nada cerrado y, para colmo, se sumaron las presiones de distintas fracciones sindicales para ganar posiciones en la futura CGT. Los más activos son los dirigentes de la Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT), liderada por Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento), que representa al ala dura del sindicalismo, que se siente rezagada en la actual CGT, dominada por la alianza de “los Gordos” (Sanidad y Comercio, hoy divididos), los independientes (UPCN, UOCRA y Obras Sanitarias) y el moyanismo (Camioneros), a quienes hay que sumar al barrionuevismo (Gastronómicos, estaciones de servicio, Carga y Descarga y Maestranza, entre otros) y a un grupo de aliados (como UDA, Judiciales y Alimentación).

Juan Pablo Brey y Juan Carlos Schmid, líderes de la CATT

Pero ahora se les abrió una puerta en la próxima conducción cegetista: en la CATT aseguran que Cristian Jerónimo está promoviendo a Juan Pablo Brey (aeronavegantes) como secretario Gremial, un cargo estratégico en la grilla de la central obrera.

Brey, que es secretario de Prensa de la CATT y uno de sus principales estrategas, proviene del moyanismo, al igual que Jerónimo. En realidad, ambos estaban alineados con Pablo Moyano, pero tras su renuncia a la CGT tomaron caminos distintos. Jerónimo se acercó a Gerardo Martínez (UOCRA), que lo convirtió en su protegido, se lo presentó al círculo rojo y lo llevó a las conferencias de la OIT en Ginebra y a sus reuniones con directivos del FMI.

Mientras, Brey se mantuvo de manera autónoma, sin adherir a ninguna corriente sindical, pero con un sesgo duro que no reniega del diálogo y de la negociación. Por eso no se maneja en tándem con Pablo Biró (pilotos), el más combativo de los sindicalistas del transporte, y suele tomar distancia de sus posturas más inflexibles.

Cristian Jerónimo y Jorge Sola, dos nombres firmes para la futura CGT

Si Brey llega a la Secretaría Gremial sería un ascenso muy significativo dentro del andamiaje cegetista (hoy es secretario de Deportes) y representaría un fuerte reconocimiento al poder de la CATT, que hasta ahora privilegió armados sindicales paralelos porque discrepa con la actitud dialoguista de los líderes de la CGT.

La futura CGT es un rompecabezas que todavía no se termina de armar. En principio, los que pilotean el diseño futuro de la central tienen que terminar de convencer a Barrionuevo de apostar otra vez por un triunvirato. El jefe de Gastronómicos cree que la CGT tiene que tener un único titular porque el esquema de 3 conductores no sirvió. Lo mismo piensan dirigentes como Sergio Sasia (Unión Ferroviaria) y Guillermo Moser (Luz y Fuerza), partidarios de que haya un solo secretario general, pero rodeado por varios secretarios adjuntos.

En la alianza que conduce la CGT creen que tendrán el sí de Barrionuevo al triunvirato si le garantizan el acceso a ese cuerpo de uno de sus dirigentes más cercanos, Volcovinsky (la secretaria adjunta de Julio Piumato y miembro del partido político Trabaj.ar, creado por el líder de Gastronómicos) o Vila, el dirigente favorito de Marcos Galperin, que le ganó a Hugo Moyano la pulseada por la representación de los trabajadores del centro de distribución de Mercado Libre en La Matanza.

La mesa chica de la CGT, en su última reunión en la UOCRA

Se descartaba que el líder de Camioneros iba a vetar a Vila justamente por eso, pero los promotores de la nueva CGT quieren plantearle una suerte de canje: que acepte a su enemigo de Carga y Descarga en el triunvirato a cambio de que Jerónimo Moyano, su hijo menor, sea elegido secretario de la Juventud de la futura central obrera, algo que se convirtió en la obsesión del jefe de Camioneros.

Quienes hoy están relegados de las negociaciones sobre la nueva CGT son los referentes del sindicalismo kirchnerista: Ricardo Pignanelli (SMATA), Sergio Palazzo (bancarios) y Abel Furlán (UOM). Hasta ahora no se sumaron a las tratativas informales para conformar el futuro Consejo Directivo, pero hay optimismo respecto de que SMATA y los bancarios sigan en la estructura cegetista. La duda es qué pasará con Furlán: es el gran opositor de la alianza que conduce la CGT y busca aliados para ser encumbrado como único jefe cegetista.

La semana que viene será clave: el martes 27 se hará un asado de camaradería de los líderes sindicales en el camping de SETIA, en Ezeiza, y al día siguiente, el Consejo Directivo de la CGT aprobará el cronograma que incluirá la convocatoria al Comité Central Confederal en septiembre y el congreso del 5 de noviembre.

¿Será realmente nueva la CGT? Sus tres principales líderes, sí, pero por debajo habrá una mesa chica de 8 o 10 dirigentes que son los que actualmente definen la estrategia sindical (como Héctor Daer, Andrés Rodríguez, Gerardo Martínez, Hugo Moyano, José Luis Lingeri, Sergio Romero, Julio Piumato y Rodolfo Daer). Algunos lo ven como una forma de darle contención a una renovada dirigencia que conducirá la CGT. Para otros, en cambio, es una promesa de seguras tensiones internas.

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