Leandro Santoro se paraliza cuando una mujer de avanzada edad lo intercepta en la esquina de San Juan y Boedo, su barrio. Es viernes a media mañana y el candidato a legislador porteño de Es Ahora Buenos Aires, el frente que aglutina al PJ y al kirchnerismo, pero que no hace gala de esos sellos, marcó una pausa en su campaña para recibir a LA NACION en la previa a las elecciones del 18 de mayo. “¡Ustedes empiecen a moverse, eh!”, suelta la señora, en un tono que parece un reproche, y estira el suspenso con un breve silencio. “¡Hay que parar a Milei!”, remata. Santoro agradece el gesto de apoyo y celebra con el puño en alto. “¿Vieron? Pensaron que me iba a putear”, se jacta, entre risas.
A dos semanas de los comicios, reconoce que se topó con un escenario ideal: la división entre Pro y la fuerza de Javier Milei le allanó el camino al peronismo para alzarse con un eventual triunfo en la Capital después de más de veinte años. No obstante, Santoro no se confía y se esmera para evitar cometer errores no forzados. De hecho, esquiva los temas más espinosos, como la interna entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof.
En plena puja de poder entre amarillos y violetas en la Capital, el actual diputado nacional se ajusta a su método y su libreto: discutir la agenda local y proyectar la construcción de una alternativa amplia para desbancar a Pro en 2027. No lo blanquea, pero su objetivo es suceder a Jorge Macri dentro de dos años.
-¿Jorge Macri le abrió la puerta a un triunfo del PJ en la ciudad al desdoblar la elección porteña? ¿Se dio un tiro en el pie?
-No, lo que termina provocando es el colapso de un sistema que venía en crisis hace, por lo menos, tres años. Esto es la forma de gestionar de Pro, tercerizando todos los bienes y servicios públicos en empresas privadas que no pueden controlar porque muchas son de amigos de ellos.
Como los socios de Pro en Juntos por el Cambio (JxC) se dan cuenta que van a perder las elecciones porque los vecinos están disconformes, se empieza a ver una diáspora como consecuencia de una crisis de un sistema de gobierno.
-¿Por qué no quiere anclar su campaña en un referente nacional del peronismo?
-Lo nuestro es un proyecto local. Me inspiro en lo que hicieron los cordobeses. Quiero construir un proyecto social, productivo y de desarrollo. Vamos a trabajar en seguir ampliando para construir una mayoría social en la ciudad.
-¿Está negando a los líderes del peronismo?
-No, ni negamos, ni nada. La discusión es concreta. A Jorge Macri le explotó el sistema. Es decir, le explotó la relación con La Libertad Avanza (LLA), con Larreta y con sus socios. Eso creó un nuevo escenario político y, a partir del desdoblamiento, nosotros construimos una propuesta local.
-Si usted ganara la elección, ¿sería una señal de que el peronismo tiene chances de renacer y construir una alternativa para enfrentar a Milei?
-Yo no soy afiliado ni del PJ ni de la UCR. Construimos un espacio que trata de interpelar a los porteños que tienen sensibilidad social y vocación de progreso. Ese espacio va a buscar ampliarse en los próximos meses. Si el resultado electoral nos acompaña, va a ser más fácil, porque vamos a poder liderar ese proceso.
Hay que construir una alternativa a lo que existe. Nuestro discurso es de características locales porque necesito que nos voten todos, incluso personas que a nivel nacional van a apoyar otra cosa. En la ciudad hay que armar una mayoría del 50% más uno. Y estamos viendo una fragmentación de la estructura social, que se refleja en el sistema político.
-¿Y por qué cree que un votante antikirchnerista lo apoyaría a usted en la Capital?
-No quiero que me vote ningún “anti”. Tenemos una visión proactiva y constructiva. Uno de los problemas de la Argentina en los últimos años es definirse por lo que no sos. Hay que superar las viejas antinomias de “amigo y enemigo” o la lógica de la grieta. Eso es parte del problema del país.
-Pero esa división en la sociedad no está superada y hay un electorado que posiblemente va a votar según su preferencia por gobiernos anteriores.
-Yo quiero que me voten los “no-peronistas”, no los “antiperonistas”. Así como yo no me considero anti-liberal.
-¿No se considera anti-Milei?
-No me considero anti-nada. Soy humanista y tengo formación cristiana. Mi tradición política me obliga a pensar que la economía tiene que estar en función del hombre. Creo en el progreso económico-social, en el mérito, en la justicia social y, sobre todo, en la construcción de equilibrio. Es Estado y mercado, es inversión pública y privada. Tal vez no está de moda, pero es lo que pienso.
-¿Cristina Kirchner se podrá adjudicar un eventual triunfo de su frente en las elecciones de la Capital?
-Esta es una elección de la ciudad. Y venimos planteando que para ganarle a Pro y LLA, que reemplazará al macrismo por derecha, se requiere una construcción mucho más amplia. Con lo cual, esta es una discusión de los porteños.
-Es sabido que habrá líderes del PJ que van a celebrar su posible victoria.
-Yo espero que celebre la gente.
-¿Cómo interpreta la interna entre Axel Kicillof, La Cámpora y Cristina Kirchner? ¿Hay diferencias políticas o una disputa de poder en el PJ?
-Yo no voy a opinar sobre lo que pasa en otro distrito. Por ahí no nos damos cuenta, pero se van a votar concejales porteños.
-Pero tanto Milei como Macri se involucraron en la campaña de la ciudad, lo que nacionaliza la discusión.
-Pregúntenle a ellos. Acá debemos discutir qué hacemos con el contrato de la basura, cómo evitamos que se fuguen los presos, cómo la ciudad puede generar empleo o un programa de salud mental, cómo impedimos que el arreglo de las veredas no sea un negocio de los privados.
La estrategia de Adorni es nacionalizar la campaña, pero no estamos convocando a esta elección para eso.
-El PJ mantiene el verticalismo. ¿Cómo entendieron su decisión de desarrollar una fuerza local?
-Porque hace más de un año y medio que trabajo en esta dirección. Hablé con todos los sectores y di el debate. Estoy terminando un proceso, no iniciándolo.
-Le preguntamos por Kicillof y La Cámpora, porque sus aliados en la Ciudad pertenecen a esa agrupación o al PJ. ¿Quiere construir un espacio más amplio con ellos y la UCR de Lousteau?
-Hay que construir una coalición social y eso se nota en las zonas geográficas donde vamos a buscar que la gente nos acompañe. En 2023 hicimos una gran elección en el sur, crecimos en el cordón de [la avenida] Rivadavia y empezamos a representar a sectores de la zona norte de la ciudad.
-¿Cómo consiguió crecer en la zona norte, donde Pro suele tener un caudal importante de votos?
-Con la discusión sobre el Código Urbanístico. Yo logré interpretar a un montón de gente que buscaba que el negocio inmobiliario de Pro no le destruyera la fachada de la casa o le cambiara la naturaleza al barrio.
Para mí, es importante mandar un mensaje para ponerle un límite al poder de la motosierra, pero no perdamos de vista lo central: estamos votando legisladores porteños.
-¿Con quiénes buscará acuerdos en la Legislatura, que podría quedar más fragmentada?
-No va a pasar eso, sino lo contrario.
-¿Estima que el PJ va a tener una bancada más amplia? ¿Buscará unirse con Larreta?
-No sé. El grado de fragmentación en la Cámara de Diputados nacional será mayor que en la Legislatura. El hecho de que haya 17 candidatos va a traer una consecuencia inesperada: muchos no van a entrar o llegar al piso y, entonces, por el sistema D’Hondt, habrá una representación más importante de las grandes coaliciones. Nuestro bloque va a ser importante.
-¿Calcula que usted ganará la elección?
-No sé. Creo que va a ser una elección peleada.
-¿Quiere ser jefe de Gobierno en 2027?
-Quiero ser legislador porteño.
-¿Su frente va a asegurar la gobernabilidad de Jorge Macri o van a incomodar al oficialismo?
-¿Por qué supone que voy a incomodar? ¿Qué sería?
-Por ejemplo, pelear por la vicepresidencia de la Legislatura o marcar agenda con proyectos o pedidos de sesiones especiales.
-No, acá el problema es que los porteños somos rehenes de una interna entre Javier Milei y los Macri. Por eso se fugan los presos, tuvieron dificultades para aprobar el presupuesto y se están matando de la manera que estamos viendo.
Yo soy republicano: creo en la democracia y tengo diálogo con todos.
-Habla de la disputa entre la Casa Rosada y el gobierno porteño. ¿Milei debe devolver la deuda por el recorte de coparticipación que ejecutó Alberto Fernández?
-Vayan a los archivos [toma su celular para googlear el artículo]. En 2022, critiqué a Alberto Fernández por el recorte de la coparticipación a la Ciudad.
-¿Le molesta que los libertarios lo peguen con Alberto Fernández? Usted fue muy cercano y compañero de campaña.
-Me molesta que mientan. Dije lo que pensaba respecto de la coparticipación y se me cuestionó mucho por ser libre. Sostengo lo mismo que pensaba en ese momento.
-¿Jorge Macri tiene razón en reclamar la deuda?
-La ciudad debe cobrar exactamente lo que le corresponde, ni un peso más, ni un peso menos. Cuando se transfirieron los servicios, Macri le traspasó más de lo que correspondía. Eso fue una avivada. Por esa razón, la Corte dijo: “Denle lo que le corresponde, no lo que le dio Mauricio”.
-¿Es más riesgoso el modelo de “negociados” de Pro para la ciudad o el plan que promueve Milei? Adorni promete traer la “motosierra”.
-Un modelo que se jacta de no hacer obra pública aplicado a un gobierno local es un desastre. En los próximos meses van a ver que habrá problemas con las rutas nacionales. Por falta de mantenimiento va a aumentar la siniestralidad vial. Entonces, imagínense si eso se aplicara a la ciudad, sobre la tesis de que hay que privatizar todo, hasta las calles. Parece ciencia ficción lo que propone Milei.
-¿Es posible el triunfo de Adorni en la ciudad?
-No voy a hacer un análisis sobre un escenario que no sucedió ni tampoco veo probable. Seguramente, Adorni, Lospennato y yo vamos a estar muy parejos.
LLA y Pro tienen dos propuestas muy parecidas. Una es más extremista y fanática, y la otra trata de conservar parte del espíritu inicial de Pro. Nosotros representamos una mirada humanista y desarrollista.
-Para construir una “nueva alternativa” que tenga posibilidades de ganar en la Capital en 2027, ¿es necesario que rompa con el kirchnerismo?
-Es necesario ampliar. No voy a tener un discurso de destrucción y ruptura.
Macri se dejó arrastrar hacia el fanatismo de la ultraderecha y desnaturalizó a su partido. Se necesita un liderazgo positivo que plantee las coincidencias o que, si plantea diferencias, no sea desde la descalificación personal. Yo tengo diferencias con las ideas que Adorni y Macri están tratando de instalar, no con ellos.
-En su libro, Maxikiosco, habla de supuestos negociados de Pro en la Ciudad. Y Patricia Bullrich habló de que los Macri usan la Capital como “un botín”. ¿También hay una “casta” porteña que usa el Estado como una caja?
-Hay opacidad. Hay más de US$2000 millones que administran las empresas privadas. ¿Cómo puede ser que los porteños no sepan qué empresa les limpia la cuadra? Como nadie conoce, nadie controla. Ni siquiera me animo a decir “acá hay delito”; hay algo anterior.
-¿Eso se lo adjudica a que el macrismo gobierna hace 17 años en la ciudad?
-A la cantidad de años y a que no se le dijo la verdad a la gente.
-O sea, no le parece saludable que gobierne la misma fuerza desde 2007 y no haya alternancia.
-Ellos llegaron a la conclusión de que pueden gobernar mal y que eso no tiene costo político. Que pueden cometer errores, que puede haber opacidad o desprolijidades, o incluso puede haber casos de corrupción, como creo que hubo con las grúas… Es imposible que se prorrogue 20 años el contrato… 55 lucas por mes pagaba cada empresa.
-Habla concretamente de corrupción…
-No, yo estoy hablando de opacidad.
-Pero en el caso de las grúas dice que pudo haber corrupción. ¿Hay una Justicia independiente en la Ciudad para controlar al poder?
-¿No es un delito federal? Si hay corrupción, es un juez federal. Yo no creo en la lógica de la denuncia a la bartola porque soy responsable. Eso destruye la relación entre la gente, la política y el Estado.
-El peronismo, a través de Juan Manuel Olmos [estratega de su campaña], hizo acuerdos con el macrismo durante años para nombrar jueces y fiscales. ¿Cómo justifica eso?
-Son acuerdos de la Legislatura, así se eligen. El sistema político de la Ciudad es igual que el nacional. ¿Por qué no se nombran jueces de la Corte? Porque no hay acuerdos políticos, que son la esencia del sistema republicano y democrático. Lo grave es que quieran meterlos por decreto.
-¿Cuál es su diagnóstico sobre la inseguridad en la Ciudad?
-En los últimos siete años, Pro tuvo siete ministros de Seguridad. No conducen a la Policía de la Ciudad.
-¿Por qué dijo que el escape de los presos estaba vinculado a la interna entre Macri y Milei?
-Es lo que contaron [el exministro de Seguridad] Waldo Wolff y Jorge Macri. Ellos habían acordado con Patricia [Bullrich] que iban a tener un cupo para desalojar las comisarías. Pero dijeron que les mintieron. Se acusaban entre ellos de una interna política. Además, porque no ampliaron Marcos Paz, cuando tenían la plata.
Hay zonas liberadas en la Ciudad, lo saben todos.
-¿Cuánto impacta el modelo económico de Milei en la situación social de la Ciudad? Jorge Macri dice que hay más gente en la calle y que por eso hay problemas con la basura.
-Se nota el deterioro socioeconómico y tiene impacto en todo. Pero eso no exime a la Ciudad de sus responsabilidades.
-Hay una disputa entre LLA y Pro por quién se lleva el crédito de solucionar los piquetes. ¿Cuál es su visión? ¿Con el peronismo hubo desmanejos?
-Como planteé en la campaña, creo que deben convivir los dos derechos: a transitar tranquilamente y a la protesta. Lo que había era una saturación de los porteños, yo también vivo en esta ciudad.
-¿Considera que Milei retiene apoyo popular porque en el espejo retrovisor todavía está el legado de Alberto Fernández?
-La esperanza que retiene Milei en su programa económico está muy asociada a la estabilidad del tipo de cambio. La gente está perdiendo el laburo, el poder adquisitivo, pero como ve que hay una estabilidad cambiaria concluye que Milei tiene control sobre la economía y que se está cumpliendo el plan.
Esto está absolutamente distorsionado por el préstamo del FMI y hay una insostenibilidad del esquema macro porque no puede ser que comer en este bar de San Juan y Boedo sea lo mismo que comer en París. Milei hace un acuerdo con el FMI, Estados Unidos respalda y el dólar no se dispara con la salida del cepo. Ese hecho simbólico tiene consecuencias políticas y mucha gente dice “sigo confiando”.
-En su último spot, Adorni exhibe que usted votó en la misma sintonía que el kirchnerismo en el Congreso. ¿Lo complica que la Casa Rosada asocie su figura a la expresidenta?
-Adorni le habla a la política, no conoce a la gente. [El spot] no tiene impacto. Se están hablando entre ellos, que sigan.
No subestimo al electorado de LLA. Milei no está destruido y todavía conserva apoyo popular. Pero ellos no hacen el mismo esfuerzo en tratar de entender a la gente. Hay que interpretar no solamente a los que te aplauden, sino al independiente y al que te tiene bronca.
-¿Cómo define a Jorge Macri y a Milei?
-Si tuviese que juzgar: el gobierno de Milei es excesivamente cruel y el de Jorge Macri está dejando a la gente abandonada. Jorge no termina de entender cómo funciona la Ciudad, no está atrás de los temas.
-¿Es posible armar un frente local sin un proyecto nacional?
-Sí, claro.
-¿Y quién podría liderar un proyecto nacional de ese frente progresista que usted arma en la ciudad?
-Dependerá del resultado de las elecciones de octubre.
-¿Se inclina por Cristina Kirchner o Axel Kicillof?
-No me meto en la provincia.
-¿Cristina Kirchner es parte del pasado o puede volver?
-No tengo analizado ni tengo información de lo que puede hacer.