La candidatura de CFK pone presión sobre Kicillof y la unidad del peronismo entra en su cuenta regresiva

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Con su definición, Cristina Kirchner ejerció más presión sobre la mesa de negociación con Kicillof

¿Se rompe o no se rompe? Esa es la pregunta con la que especulan todos los dirigentes del peronismo bonaerense. Un día parece que sí. Un día parece que no. Pero no hay certezas. Las suspicacias crecen y las definiciones de los actores principales tiene un valor simbólico cada vez mayor dentro de la discusión de poder que se está dando en la provincia.

El primero en definir las reglas del juego fue Axel Kicillof. Desdobló la elección bonaerense. Ahora el golpe sobre la mesa donde se arman las listas fue de Cristina Kirchner. Definió y anunció que será candidata a diputada provincial por la tercera sección electoral.

El principal argumento es uno que desde su entorno vienen repitiendo desde hace tiempo. No hay octubre sin septiembre. No hay elección nacional competitiva sin un triunfo previo en la elección bonaerense. Y si el triunfo es libertario, una ola violeta se empezara a expandir por el país. En ese argumento está anudado su rechazo al desdoblamiento. Anoche dijo en público, lo que infinitas veces expresó en privado. Cree que es un error.

La definición electoral de CFK suma más presión sobre Kicillof, con el que no habla hace cinco meses. Por eso no es casualidad que el Gobernador no haya sido consultado sobre el anuncio. Se enteró como un ciudadano más. Aunque en su armado político ya veían venir la posibilidad de una definición trascendente. Estaban con las antenas paradas, esperando el desenlace de una hipótesis que hace tiempo giraba por las entrañas justicialistas.

La ex presidenta competirá como candidata a diputada por la tercera sección electoral

En principio, no habrá reacción oficial en la Gobernación respecto a la decisión de la ex presidenta. Silencio. Sin consideraciones. Es momento de analizar cómo seguir. Ni respaldo, ni críticas. Nada. Inocuidad. En La Plata nunca se opusieron a una eventual candidatura de CFK en la tercera sección. En el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), que conduce Kicillof, sí.

En el esquema de dirigentes que rodean al Gobernador hace varios días que insisten con una definición: “Cristina como candidata en la tercera sección, no es una prenda de unidad”. El motivo es bastante sencillo. La ex presidenta impuso las condiciones. Justamente lo que no querían que haga y por lo cual el Gobernador está peleando. Quiere obtener más autonomía y tener más injerencia en las determinaciones electorales. El anuncio de CFK es un escollo en el camino que está dispuesto a recorrer.

“Claramente quieren la ruptura. La presidenta del PJ pretende imponer una candidatura seccional. No tiene ni pies ni cabeza. Es surrealista”, analizó un importante dirigente del MDF, de trato permanente con Kicillof. La tensión se elevó rápidamente en la estructura política. Advierten que será una semana de tono elevado y jugadas de ajedrez.

Un legislador que juega cerca del Gobernador apeló a la ironía para retratar el panorama incierto que quedó después de la definición de CFK: “Habemus final abierto. Todo dependerá de la melodía que surja de los próximos compases”. Reflotó así, ese pequeño conjunto de palabras, la polémica por las frase de Kicillof, a fines de 2023, cuando habló de tocar nuevas canciones. El recambio generacional de liderazgos que La Cámpora nunca le perdonó.

Kicillof lanzó su espacio político el sábado y se mantiene distante de CFK

“Jugaron todo. Esto va a caer muy mal. No parece ser la forma para cerrar la unidad”, aseguró otro dirigente de peso dentro del armado kicillofista. Las señales van en un mismo sentido. La decisión de la ex mandataria limitó el uso de la lapicera de Kicillof. “Intervino la estrategia en la provincia. ¿Cómo va a hacer ahora Axel para generar autonomía?“, planteó un intendente que juega en el equipo kicillofista. Son horas importantes para saber qué camino tomar. Hacia dónde ir. Cómo contar su parte de la historia.

La imposición de condiciones es un desafío al discurso que el ministro de Gobierno, Carlos Bianco, brindó la semana pasada y generó un fuerte revuelo en el kirchnerismo. Un discurso que tiene el aval de Kicillof. Es decir, que es como si lo hubiese pronunciado el gobernador.

“Va a haber que aceptar cosas que antes no existían. Por ejemplo, una representación mayor del gobernador en las listas o que a partir de que sellemos la unidad, nuestra fuerza política apoye públicamente y explícitamente las políticas de Kicillof, o que nuestro bloque apoye, a mano alzada y sin chistar, todos los proyectos que vayan del Ejecutivo. Cosas bastante simples y básicas”, dijo Bianco. En el mundo K y en el Frente Renovador esa definición cayó pésimo.

Las formas resultaron ser el problema. Tal vez, mucho más que el fondo, que es lo que hace tiempo que se viene discutiendo dentro del peronismo bonaerense. “¿Sin chistar? ¿Nos quieren decir lo que tenemos que hacer sin que podamos discutirlo? Van por mal camino», se quejó un legislador bonaerense del massismo. Y agregó: “Lo de Bianco fue autoritario”.

Cristina Kirchner volvió a hacer hincapié en que el desdoblamiento es un error

“Se está equivocando en las formas si lo que quieren es construir unidad. Salvo que no quieran hacerlo. Es difícil pensar que quieren armar algo más grande de esta forma”, sostuvo un dirigente camporista. Las acusaciones cruzadas son una constante de este tiempo conflictivo del peronismo.

Durante su entrevista en C5N la ex presidenta expresó una frase que tuvo como destinatarios a Kicillof y Bianco: “Critican la unidad del 2019 y ganamos en primera vuelta”. Ambos tienen una mirada crítica sobre el proceso de gestión que vino después de la unidad. “Todavía nos duele la unidad del 2019″, graficó el ministro de Gobierno bonaerense, para después decir que lo que se genere “no tiene que ser unidad hasta que duela”. Señales.

Ahora Kicillof tiene que definir cómo seguir. Si cierra la unidad, ya no podrá poner al primer candidato de la sección electoral más importante. Si rompe, quedará expuesto y se verá obligado a asumir gran parte de la culpa por el quiebre del espacio político. La incógnita sobre cómo continuará la historia es bien grande. La presión para tomar determinaciones, también.

Después del anuncio de la ex presidenta, La Cámpora se volcó a las redes a respaldar la decisión y comenzar a militar la candidatura. “Hay que trabajar, ayudar y poner el hombro para que el peronismo pueda hacer la mejor elección posible en la provincia de Buenos Aires”, fue el mensaje de la agrupación junto al video en que CFK confirma que es candidata.

“La patria va a volver y no la van a poder vencer. Cristina 2025″, escribió la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza. Y agregó: “Va a poner el hombro por el pueblo en su hora más dramática. Para volver a representar. Para reconstruir la esperanza”.

Cada palabra, cada gesto, puede repercutir de la manera menos esperada. El acto de lanzamiento del Movimiento Derecho al Futuro (MDF) dejó muy satisfechos a quienes integran el espacio. Así lo analizaron en el asado que se hizo ayer al mediodía en la residencia del gobernador, en el que participaron los intendentes más cercanos. Para ese entonces algunos sospechaban que CFK podía golpear el tablero electoral durante la noche.

En el acto del fin de semana Kicillof ingresó en modo campaña. Se paró como el conductor de un proceso político sostenido en la provincia de Buenos Aires y dejó en claro que la alternativa a Milei se construirá desde ese polo de poder. Lo dijo con espalda dirigencial. Detrás suyo había más de 40 intendentes de toda la provincia. Músculo político.

Cristina Kirchner hizo lo propio ayer. En soledad pero con la potencia de su voz y de su rol generando expectativas. El peronismo ingresa en una cuenta regresiva para sellar la unidad. Flexibilidad, tirantez, negociación, aceptación, acuerdo y ruptura. Nadie sabe con exactitud que cara del dado terminará boca arriba.

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