“Hubiera sido muy distinto si la provincia de Buenos Aires no hubiera desdoblado, ¿no? Estaríamos hablando esto recién en octubre con las candidaturas de todas las provincias al mismo tiempo”, la palabra de la senadora nacional de La Cámpora, Anabel Fernández Sagasti, tiene como destinatario al gobernador Axel Kicillof y su decisión de haber separado las elecciones. Lo dijo un día después de que la Corte ratificara la condena a seis años de prisión e inhabilitación para el ejercicio de la función pública a Cristina Kirchner. Pese a tratarse de una dirigente de la provincia de Mendoza, la línea es más que compartida por el cristinismo en el territorio bonaerense: la suspicacia sobre la figura del mandatario provincial sigue vigente.
Lo que exhibe esta posición es, por un lado, que la incertidumbre sobre el rumbo electoral del peronismo de cara a la elección provincial del próximo 7 de septiembre es incierto o al menos el esquema de unidad es complejo. Por el otro, que la movilización y la centralidad que exhibió nuevamente Cristina Kirchner será una de las cartas que el cristinismo pondrá en esa negociación.
En La Cámpora siguen pidiendo gestos de acompañamiento hacia la titular del Partido Justicialista nacional de parte del resto de los sectores del peronismo. En rigor, hacia lo que es el Movimiento Derecho al Futuro (MDF). Desde el kicillofismo contestan que durante todos estos días el respaldo a la expresidenta se hizo público y se motorizó. Kicillof asistió —aunque brevemente— a la sede del PJ una vez conocido el fallo de la Corte y mantuvo un encuentro con la dos veces presidenta; este miércoles distintos dirigentes del MDF convocaron a movilizar hasta la casa de Cristina, como ocurrió el martes. Uno de ellos, fue el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi; uno de los que en el último tiempo mostró mayor resistencia a un acuerdo de tipo electoral con el cristinismo. Este miércoles, Kicillof reunió a los suyos a otra reunión de emergencia en La Plata. También suspendió su agenda de gestión: tenía previsto realizar actividades en la Cuarta sección electoral. Todo el foco pasa por lo de CFK.
“Es muy pronto ahora, es un momento de conmoción y shock. Por supuesto que hay plazos y fechas que se nos vienen encima, pero lo que más necesitamos todos es una revitalización del peronismo. Acá lo central es lo que está padeciendo nuestro pueblo”, planteó el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense y uno de los dirigentes que empujó la construcción política de Kicillof, Andrés “Cuervo” Larroque este miércoles en declaraciones a Radio Provincia. Fue luego de ser consultado sobre cómo sigue la conversación electoral dentro del peronismo.
En la reunión que CFK y Kicillof mantuvieron la semana pasada, antes de que la Corte fallara, uno de los temas que salió a la luz y que —hasta ese momento— había coincidencia era que se iba a conformar una mesa de diálogo con representantes de ambos sectores para buscar un esquema de listas en conjunto. No es lo mismo que unidad, pero la idea era ir hacia un esquema en ese sentido. Kicillof pensaba en designar a algún intendente y ministros para la representación.
Todo eso quedó standby con la situación de Cristina. Sin embargo, el kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires deja correr que “la decisión de desdoblar la dejo sola a Cristina en un contexto adverso. Si se hubiera hecho la elección concurrente, toda la fuerza nacional hubiera estado peleando lo mismo al mismo tiempo”.
Por lo pronto, el 9 de julio es el cierre de alianzas. Será una de las fechas clave para reconocer en qué instancia está la dinámica electoral dentro del peronismo. La otra es el 19 de julio, cuando sea el cierre de listas para la elección bonaerense. Hasta el momento se intentó avanzar en un esquema de unidad y de representatividad para lo que serán las ocho listas seccionales, quién encabezará, cuál es el espacio que tendrá Kicillof en las listas, qué sucederá en los distritos donde la construcción de ambos sectores —sumado al Frente Renovador de Sergio Massa— ofrece tensiones internas, entre otros puntos.
Pero todo quedó diluido cuando el kirchnerismo presentó en el Senado bonaerense un proyecto de ley para que los comicios sean concurrentes. Una iniciativa que luego decidió abandonar por orden de la propia Cristina. Ese gesto fue descrito por La Cámpora como una sesión de la expresidenta y una señal de que había predisposición para acordar un esquema de unidad. La actual situación que está atravesando al peronismo obliga a redisctuir los escenarios posibles y trazados con anterioridad al fallo de la Corte. Es en este contexto que el kirchnerismo unge a CFK como estandarte en todas las discusiones, incluida la que será la electoral.