Durante los últimos cuatro años, la vida de Emma Raducanu se ha desarrollado bajo el escrutinio público. Cada aspecto de su carrera y de su intimidad ha sido objeto de debate y especulación, lo que la obligó a desarrollar mecanismos para proteger su privacidad y su salud mental. La tenista británica dio un salto de fama cuando se consagró campeona del US Open en el 2021. Desde entonces, tiene que superar a la presión mediática, lesiones y autocrítica. Al mismo tiempo, tuvo que sobrepasar diferentes sucesos angustiantes en los que tuvo que lidiar con acosadores en medio de un partido oficial.
Según relata en una entrevista con The Guardian, la tenista de 22 años reconoce que la atención mediática ha llegado a extremos incómodos, especialmente cuando se trata de su vida sentimental. Además, contó en detalle los métodos que tuvo que implementar para sentirse más segura después de ser perseguida por acosadores. “Supongo que es parte de la vida, la curiosidad de la gente. Creo que les interesan más estas noticias que cualquier resultado o noticia de tenis. Pero yo me mantengo reservada, dejando mi vida privada a un lado”, explica, subrayando su determinación por mantener una frontera clara entre su faceta pública y la personal.
Cabe recordar que la prensa especializada ya la relacionó con los tenistas Carlos Alcaraz y Cameron Norrie, a pesar de que ella desmintió los rumores. De hecho, este último tuvo que pasar un incómodo momento hace algunos meses, cuando en la rueda de prensa le preguntaron si tenía una relación amorosa con su compatriota mientras su esposa estaba en la grada. “Fue terrible. Terrible”, afirmó.
En su día a día en Londres, los paparazzi la siguen incluso en situaciones cotidianas, como al subir a un autobús en Wandsworth. “Es realmente escalofriante, porque no sabes que están ahí. Y luego ves una foto tuya al día siguiente y piensas: ‘Es imposible que estuvieran ahí’”, relató la joven deportista.
Esta exposición ha tenido consecuencias tangibles: Raducanu ha enfrentado episodios de acoso, incluyendo un caso en 2021 en el que un individuo fue arrestado y recibió una orden de alejamiento de cinco años tras robarle objetos de la puerta de su casa, y otro incidente reciente en el que una persona la siguió por cuatro países.
“Después del incidente de Dubái, probablemente fue la peor (atención pública) que he tenido. Recuerdo que justo después me costó mucho salir. Definitivamente, me quedó un poco de retraso. Pero he sido mucho más astuta, mucho más, diría yo, segura, y tengo a alguien conmigo. La verdad es que no salgo tanto sola. Nada de paseos en solitario. Simplemente siempre tengo a alguien cuidándome las espaldas”, detalló la tenista, evidenciando el impacto de la fama en su sensación de seguridad y los métodos que tuvo que llevar a cabo para sentirse más segura.
El incidente en el Campeonato de Tenis de Dubái ocurrió en febrero de 2025, en el que un hombre en las gradas mostró “un comportamiento obsesionado” hacia la jugadora. Más allá de que fue expulsado y se le impuso una orden de alejamiento, intentó obtener entradas para presenciar el próximo torneo de Wimbledon. No obstante, la seguridad del All England Club detectó que el hombre quiso ir y tomaron las medidas necesarias para que Raducanu estuviera segura.
*El angustiante momento que tuvo que atravesar Raducanu en Dubái
El punto de inflexión en la carrera de Raducanu se remonta a las tres semanas del verano de 2021 en el US Open, cuando se convirtió en la primera jugadora procedente de la fase previa en conquistar un título de Grand Slam en la era abierta. El éxito inmediato trajo consigo desafíos inesperados: lesiones recurrentes, críticas constantes y la presión de igualar aquel logro. En 2023, tras un periodo marcado por problemas físicos, se sometió a cirugías en ambas muñecas y en el tobillo izquierdo.
“Obviamente, yo pensaba: ‘No, ya soy lo suficientemente dura’. No me hacía bien oírlo, porque siempre me enorgullecí de ser trabajadora y dura. Y creo que lo soy. De hecho, creo que eran más bien las personas a mi alrededor las que se equivocaban, y eso me llevó a tener tres cirugías y dos de muñeca. Entrenaba demasiado y lo ocultaba, sin decir que tenía dolor, incluso cuando lo tenía”, confesó, ilustrando cómo la autoexigencia y las expectativas externas influyeron en su salud.
El impacto psicológico de la victoria en Nueva York también ha sido profundo. Durante un tiempo, Raducanu llegó a percibir aquel triunfo como un lastre, una referencia constante que dificultaba su progreso. “Es (las comparaciones con el US Open) algo que nunca te abandona del todo. Creo que ya han pasado cuatro años, no creo que se haya ido del todo. Quizás dentro de unos años, quizás cuando sea mayor, más madura, pero es difícil dejarlo de lado por completo. Siempre está en el fondo de tu mente, pero se trata más bien de ser consciente de esos pensamientos y no dejar que te arruinen el día ni el trabajo que estás haciendo, y volver a centrarme en lo que estoy haciendo ahora y en el proceso”, reflexionó.
En este proceso de reconstrucción personal, la tenista ha explorado la psicología deportiva y la terapia, aunque sin encontrar respuestas satisfactorias. “Lo he intentado. Obviamente, me han recomendado mucho, dada mi experiencia. Fue algo que no mucha gente, bueno, en realidad, nadie ha experimentado, y esa es probablemente la razón por la que hice dos sesiones y las dejé. Pensé: ‘Mira, estos chicos no se identifican’. Y, siendo honesta, ningún otro atleta ha hecho lo que yo, así que no sé por qué sigo sus consejos. Así que pensé: ‘Bueno, la única persona que puede ayudarme soy yo misma’”, reconoció, subrayando la singularidad de su recorrido y la necesidad de confiar en su propio criterio.
El presente de Raducanu muestra señales de recuperación y crecimiento. Su reciente participación en Cincinnati, bajo la dirección de su nuevo entrenador Francisco Roig, culminó con una batalla de tres horas frente a Aryna Sabalenka, la número uno del mundo, en la que perdió por un ajustado 7-6 (5) en el set decisivo. Este desempeño, junto con la mejora de su ranking, confirma que la tenista británica ha recuperado la confianza y la motivación. En los próximos días, volverá a Nueva York para disputar el US Open con una seguridad inédita desde su consagración en 2021.