Los detalles desconocidos del paso por Argentina de la nueva figura del Real Madrid: de qué equipo se hizo hincha

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Gonzalo García, goleador del Real Madrid en el Mundial de Clubes

El primer Mundial de Clubes con 32 participantes llegó a su fin bajo su nuevo formato y el Chelsea se proclamó campeón tras golear en la final al PSG. No obstante, más allá del título, la competición dejó algunos nombres que brillaron con luz propia. Entre ellos, el delantero del Real Madrid Gonzalo García, quien se adjudicó la Bota de Oro del torneo con cuatro goles, misma cantidad que Ángel Di María (Benfica), Marcos Leonardo (Al-Hilal) y Guirassy (Borussia Dortmund), pero con una asistencia más que sus competidores, que lo llevó a coronarse como el máximo artillero del certamen.

Al inicio de la competición, García fue una sorpresa en el equipo madrileño por la ausencia de Kyliam Mbappe, pero con el correr de los partidos se transformó en un delantero muy importante para el entrenador Xabi Alonso, y terminó con destacadas actuaciones. García, nuevo baluarte del Madrid, dio sus primeros pasos con la pelota en el fútbol amateur argentino.

La historia de García con Argentina es bastante curiosa. Si bien nació en España, cuando tenía seis años su familia vino a vivir a Buenos Aires, más precisamente a Tigre, por el trabajo de su padre. Estuvo dos años, entre 2010 y 2012, periodo en el que vistió la camiseta del club Santa Bárbara. “Por el trabajo de mi padre viví dos años y es donde empecé a jugar al fútbol, aunque era muy pequeño y me acuerdo poco”, confesó el atacante en una entrevista televisiva con D´Sports.

Martín Frontera con los chicos que juegan en Santa Bárbara

En Santa Bárbara lo recuerdan con mucho cariño. Es más, Martín Frontera, coordinador de fútbol del club de zona norte, lo define como un chico que se salía de la media: “Era un jugador muy habilidoso. Nos llamaba mucho la atención la capacidad que tenía para sacarse jugadores de encima, de esquivarlos. En ese momento, ya hacía muchos goles”, sentencia.

Además, Frontera también recuerda que a García le decían “Raúl”, por el parecido futbolístico con el ex delantero de la Casa Blanca. Remarca además el fanatismo que Gonzalo expresaba por el Real Madrid y River Plate. “Su ídolo es Raúl. Gonzalo siempre venía vestido con la ropa del Real Madrid, con el pantalón o la camiseta. También, en alguna ocasión vino con la camiseta de River Plate. Es más, tengo alguna foto de él con la remera de River festejando su cumpleaños en el club, en marzo del 2012”, revela.

Tras esos dos años en Buenos Aires, García volvió a España en donde continuó su carrera. Pasó por el RACE Jarama durante dos campañas (2012‑2014) y luego recaló en Valdebebas, en las categorías inferiores del Real Madrid. A partir de allí, construyó una gran carrera en inferiores, que lo llevó a vestir la camiseta de la Selección de España Sub-18 y ser tenido en cuenta por Alonso para disputar el Mundial de Clubes, y convertirse en el goleador del torneo.

“Era categoría 2004. Entrenaba con chicos nacidos en 2002 y 2001, y con ellos marcaba diferencia. No llegó a competir formalmente con el grupo, pero sí jugábamos seguido con los clubes de la zona. Era uno de esos chicos que se pasaban a uno, dos, tres jugadores con mucha facilidad”, cuenta Frontera en diálogo con Infobae.

– ¿Cuándo fue que conociste a Gonzalo García, delantero que hoy brilla en el Real Madrid?

– Cuando pasó por Santa Bárbara hace bastante tiempo, entre el 2010 y 2012. Era muy chiquito, tenía 7 años cuando vino al club junto con su hermano mayor, Fernando. Su padre tiene un trabajo en el cual debe viajar y estar un tiempo determinado en cada país. Justo en esa época estuvo en Argentina, y ambos hermanos vinieron al club para desempeñarse como futbolistas.

– ¿De qué trabajan sus padres?

– Trabajaban en una empresa de telefonía u hotelería, en uno de esos dos rubros, pero no estoy seguro. Llegaron y estuvieron dos años. En ese momento, éramos un club que recién arrancaba. Santa Bárbara abrió sus puertas a fines del año 2009, y en el 2010 llegaron ellos hasta que se fueron en el 2012. No teníamos tantos chicos, era como una escuela de fútbol, y teníamos un grupo de aproximadamente 40 o 50 niños. Gonzalo era muy bueno motrizmente. Entrenaba con chicos más grandes, de 10 u 11 años. Él tenía 7 u 8, igualmente, y hacía mucha diferencia con sus compañeros de su edad. Era una pena ponerlos a jugar ahí porque no se divertía. Siempre de chiquito fue muy habilidoso y también tenía mucha actitud para jugar al fútbol, ya en esa corta edad.

Gonzalo García hizo cuatro goles en el Mundial de Clubes (Foto Reuters/Sam Navarro)

– ¿Qué fue lo primero que te sorprendió como jugador a su corta edad?

– Era un jugador muy habilidoso. Nos llamaba mucho la atención la capacidad que tenía para sacarse jugadores de encima, de esquivarlos. En ese momento, hacía muchos goles. Santa Bárbara era un club muy joven, donde se jugaba amistosos con otras escuelas y en esas ocasiones, él marcaba una diferencia importante. Su camada eran chicos del año 2002/03, con juveniles que jugaban bien, algunos de ellos hoy están la Liga de España, pero Gonzalo sobresalía del resto.

– ¿Hay otros jugadores como Gonzalo que llegaron a la Primera de España?

– Sí, tenemos a otro chico que está jugando en España, en un equipo de la tercera división. Es Iñaki Mendizábal que juega en el Lorca Deportivo. Hay otro que también está jugando en un club de la segunda división, Guillermo Díaz Mayer en el Olimpic Peleño español. Como club, no tenemos como finalidad sacar jugadores de fútbol, sino nuestra misión es formar o educarlos deportivamente y utilizamos al fútbol como una herramienta.

– ¿Hay algún argentino que pasó por Santa Barbara y llegó a Primera?

En su historia, Santa Bárbara ha sacado varios jugadores que llegaron a Primera, como Mateo Pellegrino que se encuentra en el Parma de Italia. Mateo hizo todas las inferiores en Santa Bárbara. Después, tenemos algunas chicas del fútbol femenino que están jugando en equipos de AFA y en la selección argentina. Tenemos una buena motricidad. Santa Bárbara tiene una estructura mucho más interesante, con casi 900 deportistas, entre jugadores y jugadoras que conforman todas las divisiones inferiores, desde la Primera hasta categorías iniciales, entre ellas, la promoción.

– Martín, ¿cuándo recibiste a Gonzalo, qué función cumplías en el club?

– En ese momento trabajábamos tres profesores. Yo era el coordinador y entrenador. Teníamos 50 nenes aproximadamente. Hoy, hay 30 profesores para 900 jugadores/as. De esta manera, la estructura creció.

– ¿En qué posición lo pusiste por primera vez?

– Cuando era chico, más chico que el resto, siempre jugó del mediocampo hacia adelante, porque marcaba mucha diferencia. A veces, jugaba también de volante, pero los partidos adversos que disputábamos siempre los poníamos arriba, porque en el uno contra uno te liquida.

-¿Cómo era su porte físico?

– Todavía no había pegado el estirón, pero ya estaba bien formado físicamente. Era un jugador bajito, chiquito, pero con un físico privilegiado, porque yo lo había tonificado a tan corta edad. Con respecto al resto, era uno de los más bajos del grupo. Eso llamaba aún más la atención por la facilidad que tenía para jugar ante cualquier adversario, incluso más alto que él y marcaba diferencias futbolísticas.

El delantero festejando un gol frente a Juventus (Foto REUTERS/Hannah Mckay)

– ¿Era ambidiestro?

– A esa edad, entre los 6, 7 u 8 años, recién están definiendo su motricidad. En el club, tratamos de trabajar los dos perfiles, que los chicos empiecen a formarse ahí, pero si te digo, te miento. Santa Bárbara fue el club formador de Gonzalo, de alguna manera. Él dio sus primeros pasos con 7 u 8 años. El hermano era dos años más grande que él y jugaban juntos en el mismo equipo.

– ¿Vislumbrabas un chico que podía llegar lejos en el fútbol, que podía transformarse en un profesional de la materia?

– Es muy difícil a esa edad poder decir “este chico va a llegar lejos”, porque hay un montón de factores, aristas y matices que pasan durante el proceso de formación. En ese contexto, la gran mayoría de los chicos que tenemos en el club tienen muy buena motricidad, pero quizás no piensan en ser futbolistas. Tenemos una zona privilegiada, que tiene doble escolaridad y quizás los padres apuntan más a la educación a que sean futbolistas, sabiendo que también es una carrera muy difícil. Es un embudo muy finito en la recta final y obviamente es difícil llegar, ¿viste? Esto no quita que haya chicos que lo estén haciendo bien. En estos últimos años, muchos han ido a jugar y a probarse a diferentes clubes de AFA y están haciendo su proceso ahí. Después, tenemos varios chicos que están jugando en Platense, otros en Tigre y también en Deportivo Acasuso. Hay que ver, porque ellos vienen de una vida también totalmente distinta a la vida corriente que conocemos, ya que somos más de barrio o de conurbano, ¿viste?

– ¿Son chicos y chicas que tienen muchas posibilidades económicas para salir adelante?

– Claro, la mayoría de la comunidad que tenemos en el club son gente de muy buen pasar económico y eso tiene un montón de variables. Son personas que se toman vacaciones en verano, en invierno y en primavera. Entonces, todo eso para un jugador, para un chico que quiere jugar al fútbol, es una variable no menor, porque esa continuidad que te pide un club de AFA a veces es difícil de sostenerla. Entonces, cuando un jugador decide jugar al fútbol es porque tiene el apoyo de su familia, como seguramente le ha pasado a Gonzalo, y le está pasando a otros chicos que hoy están en clubes de AFA.

– ¿Los padres de Gonzalo que querían para su futuro?

– Los padres eran muy amables e interactuábamos mucho, pero nunca hablamos acerca del futuro de Gonzalo o de Fernando, el hermano mayor. Para ellos, fue una sorpresa su llegada a Primera. Después, seguramente por las condiciones de Gonzalo, cuando se fueron del club a vivir a España, fue reclutado por la Academia de Real Madrid y ahí observaron sus condiciones. Gonzalo estuvo un tiempo jugando ahí, y se fueron a vivir a Mallorca por el trabajo del papá. En ese momento, tuvo que dejar el fútbol. Volvió nuevamente después al Real, y se fue dando. La realidad es que estuvimos dos años en contacto con la familia de Gonzalo, mientras se mantuvieron en Buenos Aires. Pero una vez que se despidieron del club, perdimos contacto con ellos. Entonces, no nos volvimos a comunicar.

– ¿Cómo iba Gonzalo a entrenar? ¿Con el padre, con la madre o con ambos?

– El club está enfrente del barrio Santa Bárbara, hay una calle que los separa. Entonces, los chicos generalmente vienen en bicicleta o caminando al club. Gonzalo no fue la excepción y llegaba en bicicleta. Era chiquito y los chicos en el club no le decían Gonzalo, en realidad le decían Raúl.

Gonzalo García, con la camiseta de River, festejando su cumpleaños

– ¿Por el ex jugador del Real Madrid?

Sí, su ídolo es Raúl, el ex delantero del Madrid. Gonzalo siempre venía vestido con la ropa del Real Madrid, con el pantalón o la camiseta. Entonces, la mayoría de los chicos le decían “Raúl”, porque en ese momento era uno de los jugadores más destacados del Real. También, en alguna ocasión vino con la camiseta de River Plate. Es más, tengo alguna foto de él con la remera de River festejando su cumpleaños en el club en marzo del 2012.

– ¿Gonzalo es hincha de River?

Claro, es hincha del Real Madrid y de River. Sí, yo particularmente más contento todavía, porque soy hincha de River. Imagínate tenerlo a Gonza como hincha del Real y de River, muy lindo. Este año, con club hicimos la primera gira internacional a Europa y fuimos a jugar un torneo a España y conocimos el Santiago Bernabéu. Llevamos un grupo de chicos de 12 años y les mostramos las fotos de Gonzalo cuando estuvo en Santa Barbara, y les comentamos que había jugado en el club y algunos no lo podían creer. Fue una sorpresa y ahora con todo este boom, por todo lo que está viviendo Gonzalo, tomó mucho auge. Es más, hace poco estuvimos hablando con la mayoría de los chicos que jugaron con él y no se acordaban cómo se llamaba, pero se acordaban de que le decíamos “Raúl”. El hermano venía más con la camiseta de España y él venía con la del Real o la de River.

– ¿Intentaron comunicarse con García para recordarle su historia con Santa Bárbara en ningún momento?

– No. Lo que vamos a tratar en lo posible es hacerle llegar una camiseta de club a través de alguien para que la tenga como un pequeño recuerdo de su paso por Argentina.

– ¿Cómo era Gonzalo con sus compañeros?

– Nuestro club se destaca mucho por la parte social, más allá de jugar al fútbol ¿viste? Obviamente, en ese momento no era el club que es ahora. Hoy, un chico te juega a las 9 de la mañana y se va a las 8 de la noche del club, porque se queda viendo todos los partidos. Pero en ese momento, más allá de jugar al fútbol, hacíamos actividades extras para que se quedaran los chicos. Un día, fuimos a visitar la Bombonera. Gonzalo fue con su hermano. No competíamos formalmente, pero sí jugábamos amistosos. La zona es una zona muy rica en jugadores. Nuestro clásico es Nordelta y en el club de Nordelta jugaba uno de los hijos del Cholo Simeone, que está jugando hoy en la selección argentina. Se enfrentaron en algún partido, claro.

– ¿Se enfrentaron Gonzalo García y Giuliano Simeone en Buenos Aires?

– Exactamente, sí, por eso te digo que esas camadas tenían lindos equipos los dos, tanto Santa Bárbara como Nordelta en el 2012. Ambos son categorías 2002. Eran partidos muy parejos. Fueron los primeros partidos de ambos clubes, que ahí se empezó a gestar un poco la tradición del clásico de zona norte entre Santa Bárbara y Nordelta. Ambos fueron los pioneros de esos clásicos. El fútbol de zona norte se dio al revés que el fútbol convencional. Los clásicos empezaron con las categorías inferiores y después se fueron gestando y trasladando a las categorías mayores. En una ocasión, hicimos un cuadrangular con una filial de Boca, otra de River, el club Nordelta y Santa Bárbara. Y llamaba mucho la atención Gonzalo. Era tan chiquito, pero cuando entraba a la cancha y jugaba, se sacaba varios jugadores de encima, gambeteaba a dos o tres rivales y hacía un gol solo. Tenía esa virtud que era muy llamativa, tanto para nosotros como para sus compañeros y rivales también. Entonces, era un placer contar con un jugador de esas características en nuestra zona.

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