El enfrentamiento entre Talleres de Córdoba y San Pablo por la última fecha del Grupo D de la Copa Libertadores estuvo marcado por controvertidas acusaciones de xenofobia y racismo. El incidente, que involucró al jugador venezolano Miguel Navarro de Talleres y al futbolista paraguayo Damián Bobadilla, dejó en segundo plano la derrota del equipo argentino por 1-2 en suelo brasileño.
Durante el tenso final del partido, un gol en contra desató un altercado en el que Navarro se mostró visiblemente afectado. Bobadilla, al pasar junto a él, habría pronunciado comentarios que derivaron en una alteración emocional del jugador, quien se mostró compungido en el campo. Aunque el árbitro chileno Piero Maza intentó calmar la situación, él y el sistema de VAR no pudieron determinar una sanción, al no haber escuchado el intercambio de palabras.
Después del partido, Navarro compartió su versión de los hechos ante los medios, detallando el contenido del enfrentamiento verbal. “Es lamentable hablar de este tipo de cosas, pero cuando nos hacen el 2-1 le digo al árbitro que apure porque Luciano, creo que fue, le estaba dando la vuelta al campo. Yo le decía que apure porque necesitábamos jugar. De la nada Bobadilla viene y me dice ‘Si ustedes siempre hacen tiempo’ y yo le digo: ‘¿qué tiempo? si van ganando,’ y ahí me dice ‘Venezolano muerto de hambre’”.
El impacto emocional fue evidente para Navarro, quien expresó su frustración por no poder concentrarse en el juego: “Yo quise salir, pero lamentablemente no teníamos más cambios y por el trabajo que hacen mis compañeros no salí del campo para no dejarlos con un jugador menos. Pero literalmente mi cabeza no estaba ahí”.
A continuación, Navarro insistió en la necesidad de que se tomen medidas: “Que se haga justicia, esto no puede seguir pasando. El año pasado a dos jugadores nuestros los llevaron con la Policía y se vuelve todo un escándalo cuando a equipos brasileños les dicen este tipo de insultos. Ahora que me tocó a mí por primera vez en mi vida, es lamentable. Uno después del partido tiene que hablar cosas de partido, no tiene que hablar de racismo o de que un jugador te dice alguna cosa.”
El entrenador de Talleres, Mariano Levisman, respaldó las declaraciones de Navarro al afirmar que su jugador fue víctima de insultos xenófobos por parte de Bobadilla. “Navarro fue objeto de comentarios que no tienen cabida en el fútbol ni en ningún otro ámbito”, declaró Levisman. Tras el encuentro, Navarro continuó conmocionado y fue visto dialogando con la Policía local. En Instagram, compartió un mensaje poderoso: “Quisiera poder ya tener en mis manos la solución al hambre que vive mi país, espero Dios me dé abundancia para poder ayudar. No creo que se pueda hacer mucho contra la pobreza mental. Nunca me avergonzaré de mis raíces, iré hasta las últimas consecuencias frente al acto de xenofobia que viví hoy en Brasil a manos de Damián Bobadilla, en el fútbol no hay cabida para los discursos de odio”.
El altercado sucedió en un partido decisivo para ambos equipos, con goles a favor de los locales por parte de José Sabino y Luciano. Federico Girotti descontó para Talleres, que finalmente quedó eliminado de la competencia internacional al finalizar último en el grupo.
Augusto Schott, capitán de Talleres, también se hizo eco de la situación tras el partido, ofreciendo un mensaje contundente. “Quiero hablar de un acto de racismo que sufrimos. Nos duele porque estamos en un lugar donde se promueve mucho la lucha contra el racismo”, comentó, haciendo hincapié en el impacto emocional sobre Navarro. “Uno de nuestros compañeros estaba muy triste. No quería dejar pasar esto”, subrayó Schott.
El club cordobés ha expresado su intención de continuar con la denuncia y buscar medidas que posibiliten sanciones contra episodios de esta naturaleza en el fútbol sudamericano. CONMEBOL, por su parte, promueve diversas iniciativas contra el racismo y comportamientos discriminatorios, recordando este compromiso antes de cada partido tanto en el estadio como en las transmisiones televisivas.
De acuerdo a medios brasileños, Bobadilla había abandonado el estadio antes de la llegada de la policía al vestuario local.
