La guerra comercial entre Estados Unidos y China ha captado la atención de consumidores de todo el mundo, incluidos los peruanos. Esta disputa económica de alto calibre entre dos de las economías más grandes del planeta genera una gran incertidumbre sobre cómo los aranceles impuestos a productos importados podrían afectar los precios y la disponibilidad de bienes en el mercado local.
En Perú, donde las importaciones son fundamentales para el suministro de productos básicos, las expectativas sobre un posible aumento en los costos se han multiplicado.
La tensión comercial no solo afecta a las naciones involucradas en el conflicto, sino que también tiene repercusiones globales. En el caso de Perú, un país cuya economía depende en gran medida de las exportaciones y las importaciones, las consecuencias de esta guerra arancelaria podrían ser variadas.
Desde la llegada de productos más baratos hasta la amenaza de daños a las industrias locales, el impacto será múltiple y afectará principalmente a los consumidores peruanos.
Para analizar cómo este conflicto podría repercutir en el bolsillo de los peruanos, Infobae Perú conversó con expertos como el economista Carlos Aquino Rodríguez, el exministro de Relaciones Exteriores Miguel Ángel Rodríguez Mackay, y el gerente de estudios económicos de la Sociedad de Comercio Exterior del Perú, Rafael Zacnich, quienes compartieron sus perspectivas sobre las implicancias de este enfrentamiento económico.
Consecuencias para América Latina
La guerra comercial entre China y Estados Unidos no es un fenómeno aislado, sino una estrategia deliberada por ambas naciones, cuyo objetivo es frenar el ascenso de China como una potencia económica. Según Miguel Ángel Rodríguez Mackay, exministro de Relaciones Exteriores, esta disputa es parte de una táctica más amplia de Estados Unidos para contener el crecimiento de China.
“Es una guerra preparada porque China crece a pasos agigantados. Estados Unidos quiere detenerla, y lo hace a través de la guerra comercial. Pero, lamentablemente, los grandes conflictos siempre afectan a los países pequeños”, señaló Rodríguez Mackay.
Carlos Aquino Rodríguez también destacó la relevancia de este conflicto, ya que tanto Estados Unidos como China representan el 43% del Producto Bruto Interno (PBI) mundial y controlan el 25% del comercio internacional. Según el experto en economía internacional, el choque entre estas dos economías podría tener repercusiones directas en mercados más pequeños como el peruano.
“Estados Unidos y China son las dos economías más grandes del mundo. Si estas dos economías entran en conflicto, el impacto es inevitable para países más pequeños, como Perú”, advirtió.
Este tipo de guerra comercial tiene implicancias globales, afectando incluso a naciones con economías abiertas y exportadoras como Perú, que dependen en gran medida de sus relaciones comerciales con Estados Unidos y China. Rodríguez Mackay mencionó que los países más vulnerables, como los de América Latina y Perú, son los que más sufren las consecuencias de estas disputas comerciales.
Sus efectos en las industrias peruanas
El comercio de Perú está profundamente vinculado con Estados Unidos y China, dos de sus principales socios comerciales. De acuerdo con Carlos Aquino Rodríguez, el 34% de las exportaciones peruanas tienen como destino China, mientras que el 13% se dirige a Estados Unidos. En total, el 47% de las exportaciones de Perú depende de estos dos países, lo que coloca al país en una situación de vulnerabilidad frente a las fluctuaciones en las relaciones comerciales entre estas potencias.
Aquino Rodríguez explicó que, si las exportaciones de China se ven afectadas por los aranceles, la demanda de productos peruanos como el cobre y el hierro disminuiría significativamente. “China necesita productos como el cobre y hierro que Perú produce para sus fábricas, pero si China no puede vender a Estados Unidos, su producción se verá afectada, lo que impactará en la demanda de estos productos”, comentó.
Además, la industria textil peruana podría enfrentar un serio desafío. Los productos textiles chinos más baratos han invadido el mercado local, y la guerra comercial podría intensificar este fenómeno, dañando la competitividad de la industria textil local. Según Rodríguez Mackay, sectores como el agroexportador y el textil son particularmente vulnerables ante el impacto de esta guerra.
Aunque hasta el momento no se han registrado impactos directos en las exportaciones o importaciones peruanas, Rafael Zacnich, gerente de Estudios Económicos de la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (Comex), señaló que los exportadores podrían asumir costos adicionales de hasta un 10%.
“Hasta el momento, no hay evidencia concreta de afectaciones, pero los exportadores podrían asumir algunos costos adicionales”, menciona Zacnich. Además, apunta que podría haber un aumento en la llegada de productos asiáticos a Perú, aunque esto depende de cómo se desarrollen los acontecimientos.
Entonces, ¿cómo afectará la guerra comercial entre China y EE. UU. el bolsillo de los peruanos?
Debido a las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, los productos chinos podrían llegar al Perú a precios más bajos, lo que beneficiaría a los consumidores peruanos. Según Aquino Rodríguez, “nosotros como consumidores podríamos beneficiarnos de importaciones baratas, que China ya no puede vender a Estados Unidos y los vende a otros países”. En este contexto, productos como ropa, televisores y otros bienes de consumo podrían ofrecerse a precios más accesibles.
Sin embargo, Aquino Rodríguez también señaló que algunas industrias nacionales podrían verse afectadas por esta situación. En particular, la industria textil peruana, que compite con los productos chinos, podría enfrentar serios desafíos al tener que competir con productos más baratos. A pesar de esto, el economista destacó que ciertos sectores, como la maquinaria textil, podrían beneficiarse. China, al no poder vender sus productos a Estados Unidos, podría redirigir su oferta a mercados como el peruano.
“Algunas industrias textiles y de calzado, que compiten con productos chinos, podrían verse perjudicadas por la llegada de estos productos más baratos”, agregó Aquino Rodríguez. No obstante, también destacó que, en general, el Perú podría encontrar oportunidades dentro de este escenario, dependiendo de cómo se estructuren las importaciones y el impacto que tenga sobre la industria local.
Exministro resalta la importancia de diversificar las relaciones comerciales de Perú
Ante este panorama incierto, los expertos coinciden en la necesidad de diversificar los mercados para mitigar los riesgos derivados de la dependencia de unos pocos socios comerciales. Según el exministro Miguel Ángel Rodríguez Mackay, Perú debe aprender a diversificar su estrategia económica y evitar la dependencia excesiva de países como China y Estados Unidos. “Deberíamos adoptar un enfoque multilateral y diversificar nuestras relaciones comerciales. Es fundamental aprovechar la oportunidad para explorar nuevos mercados y abrir más espacios. No podemos prescindir de China, nuestro principal socio comercial, ni de Estados Unidos”, sugirió Rodríguez Mackay.
Además, el exministro destacó la importancia de un enfoque multilateral en la política comercial del país. “Si fuéramos un país con una política multilateral, no estaríamos enfrentando el problema actual. La diversificación de mercados es clave para protegernos de estos riesgos.”, afirmó.
“Sin embargo, al no ser proactivos y carecer de políticas de Estado adecuadas para abordar guerras comerciales como la que estamos viviendo a nivel global, podríamos ser más afectados de lo que imaginamos si seguimos distraídos”, acotó.
Con todo lo expuesto, se puede concluir que la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China podría tener efectos mixtos para los consumidores peruanos. Si bien algunos productos podrían volverse más baratos, sectores locales como la industria textil podrían enfrentar serias dificultades. La diversificación de mercados y la adopción de políticas multilateralistas serán esenciales para mitigar los riesgos de esta guerra comercial y asegurar la estabilidad económica del país.