¿Con solo la camiseta se puede ganar un partido? El impacto de los colores en los deportes

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El color rojo se asocia con mayor éxito en deportes, pero su impacto depende de múltiples factores (Action Images via Reuters/Peter Cziborra)

El inicio de la Premier League no solo despierta expectativas por los fichajes, sino que también renueva el debate sobre el impacto de los uniformes en el campo. Más allá de la tradición o la estética, un estudio de psicología deportiva publicado por The Conversation explora de qué manera los colores de la indumentaria pueden influir en el rendimiento, aunque advierte que vestir un color específico no garantiza la victoria, sino que puede ofrecer determinadas ventajas psicológicas y perceptivas.

Varios estudios han demostrado que el color rojo se asocia con una mayor probabilidad de éxito, pero el fenómeno es complejo. En la era moderna de la Premier League, más de la mitad de los campeones han utilizado uniformes rojos como locales.

Esta tendencia se percibe fuera del fútbol inglés: investigaciones sobre los Juegos Olímpicos de 2004 revelaron que, en deportes de combate donde los colores se asignan al azar, los atletas vestidos de rojo obtuvieron más victorias.

El efecto psicológico y perceptual de los colores en el deporte

La explicación involucra factores culturales y biológicos. El rojo suele vincularse con dominancia y agresividad; al usar este color, algunos jugadores experimentan una mayor sensación de poder y los rivales pueden percibirlos como más amenazantes. Sin embargo, el impacto no es absoluto.

Un estudio revela cómo los colores de los uniformes influyen en la percepción y el rendimiento en el fútbol (AP Foto/Dave Shopland)

Según The Conversation, los árbitros tienden a otorgar más puntos a competidores vestidos de rojo en taekwondo, incluso cuando se les muestran combates idénticos con los colores intercambiados digitalmente. En el fútbol, se ha observado que los delanteros marcan menos goles cuando enfrentan a porteros vestidos de rojo, pero estos efectos se interpretan dentro de un abanico de variables que influyen en el resultado deportivo.

Actualmente, las diferentes ligas de todo el planeta cuentan con una paleta de colores más variada. En el caso de la Premier League, por citar un ejemplo, ningún club eligió el rojo para sus uniformes de visitante esta temporada. Alternativas como el dorado de Crystal Palace ofrecen alta visibilidad bajo distintas condiciones de luz; los tonos claros de Chelsea y Nottingham Forest generan un marcado contraste frente al césped.

Estas tonalidades, conocidas como colores singletons en psicología visual, captan la atención por ser únicas en el entorno. The Conversation indica que ciertos colores poco habituales, que no se confunden con el campo ni la publicidad, facilitan la rápida identificación de los jugadores.

El diseño también influye en la percepción. Patrones de alto contraste, como bloques o rayas, permiten distinguir a los futbolistas del fondo. El uniforme a rayas de Bournemouth debería resultar más visible que una camiseta de tono medio y sin detalles. Fulham optó por una camiseta luminosa en la parte superior y pantalones oscuros, un esquema que, según expertos, incrementa la visibilidad durante el juego.

La visibilidad y el contraste de los uniformes afectan la identificación y coordinación de los jugadores en la Premier League (Action Images via Reuters/Matthew Childs)

Los “riesgos” de una mala elección cromática

Para continuar con el ejemplo, la historia de la Premier League aporta casos concretos sobre la importancia de la elección cromática. En 1996, Manchester United dejó de usar su uniforme gris a mitad de un partido tras ir perdiendo 3-0 ante el Southampton. Según Alex Ferguson, los jugadores no podían reconocerse en el campo. Esta decisión tuvo una base objetiva: el gris se asemejaba al color del concreto del estadio y se confundía con la multitud, dificultando la percepción y la coordinación en el juego.

El fenómeno del camuflaje es bien conocido en la biología y se replica en el fútbol. Animales de diferentes especies emplean colores apagados para pasar inadvertidos ante depredadores; en el estadio, tonos grises o marrones pueden ejercer un efecto similar. Brentford presentó un uniforme marrón para los partidos de visitante, lo que podría generar problemas de visibilidad en escenarios con graderíos de cemento o en días nublados. Las camisetas negras, como las elegidas por Tottenham Hotspur, Manchester City y Aston Villa, tienden a confundirse con el fondo en condiciones de poca luz.

Colores llamativos pueden ofrecer desventajas. El uniforme verde de Newcastle se mezcla con el césped en la visión periférica, donde el ojo distingue peor los colores. Además, el “countershading”, un degradado oscuro-claro presente en el reino animal para dificultar la detección, encuentra su correlato en el fútbol: camisetas oscuras combinadas con pantalones claros pueden romper la silueta del jugador bajo la luz solar intensa, dificultando su ubicación en el campo.

El fenómeno del camuflaje en el fútbol puede dificultar la percepción de los jugadores y afectar el desempeño (REUTERS/Caroline Chia)

Ciencia y mercado: ¿existen tensiones en la elección de la indumentaria?

A pesar de la evidencia científica, algunos clubes, como es en el caso de la Premier League, suelen priorizar criterios comerciales y de marketing al seleccionar sus colores.

Según The Conversation, los uniformes de visitante buscan diferenciarse y captar la atención del mercado, aunque estas decisiones impliquen riesgos para la visibilidad o el rendimiento sobre el campo.

En el deporte de elite, los detalles pueden marcar la diferencia. La investigación sobre psicología del color muestra que el equipamiento no determina el resultado, pero puede sumar ventajas sutiles en términos de percepción, coordinación y presión psicológica.

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