El Gobierno aún duda sobre los tiempos de una agenda compleja en el Senado y aguarda una jugada opositora

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El pleno del Senado durante una sesión realizada este año (Gustavo Gavotti)

La semana con feriados le servirá al Senado para buscar cierta calma de cara a una agenda opositora de corto plazo más que compleja para la Casa Rosada, con la iniciativa que mejora las jubilaciones perfilada para una casi segura sanción. El inconveniente es que el propio Gobierno aún tiene posiciones encontradas sobre los tiempos no sólo para este debate, sino también para la emergencia en discapacidad y otros textos incómodos para los gustos de La Libertad Avanza.

El nervio principal de esta cuestión es la posibilidad de sancionar leyes empujadas por el kirchnerismo -que quiere convertir a todos estos proyectos como propios- y gran parte de la oposición dialoguista en medio del cierre de listas para las elecciones legislativas nacionales de medio término o, peor, en medio de la campaña.

Semanas atrás, desde un despacho oficialista recordaron a Infobae la mala praxis de la Casa Rosada a la hora de amortiguar la delicada situación previsional de 2024 y la inevitable derrota en el recinto, con veto posterior de Javier Milei y el bloqueo a la insistencia en Diputados gracias a radicales con témpera violeta, que dejó más que conforme al Gobierno en la balanza final.

“El año pasado se ganó bastante tiempo, aunque lo cierto es que el Ejecutivo no hizo nada para que cambiara esa situación. Entonces, ¿para qué dilatarlo ahora? ¿Para regalarle un show gratis al kirchnerismo, que sólo se preocupa cuando le sirve para sumar unos porotos? Y los dialoguistas tampoco se la van a perder. Muchos de ellos después dicen que son amigos de Milei”, lanzaron a este medio.

Un pequeño aliciente para los libertarios es que, para el caso jubilatorio, tendrá que ser analizado por las comisiones de Trabajo; y de Presupuesto y Hacienda de la Cámara alta. A diferencia de Diputados, éstas deben trabajar en plenario para dictaminar y no lo pueden hacer de forma independiente.

El jefe libertario en la Cámara alta y titular de la comisión de Presupuesto y Hacienda, Ezequiel Atauche. A su lado, la macrista cordobesa y aliada del Gobierno Carmen Álvarez Rivero, quien aún no fue ratificada como presidenta de la de Trabajo y Previsión Social (Prensa Senado)

En caso de ser la de Trabajo y Previsión Social la cabecera -lo lógico-, quedaría al comando de la compulsa la macrista y usual aliada al Gobierno Carmen Álvarez Rivero, si es que la misma se convoca para ratificar a sus autoridades, más allá de algunos resquemores con la cordobesa. En tanto, el titular de la de Presupuesto y Hacienda es el jefe del bloque libertario, Ezequiel Atauche (Jujuy), ya activa y en funcionamiento.

La ley previsional que votaron diversos opositores -algunos macristas, se abstuvieron- implica un aumento para todas las jubilaciones y pensiones del 7,2% -excepto los regímenes especiales- y un incremento para el bono, que pasará de $70 mil a $110 mil y se actualizará por inflación. Con menos votos fue avalada en la Cámara baja la restitución por dos años de la moratoria, el sistema que permitía que las personas sin los 30 años de aportes pudieran comprar los saldos faltantes para acceder al haber mínimo.

En concreto, la suba del bono a $110.000 y su posterior renovación por inflación tendría un costo fiscal de alrededor de 0,26% del Producto Bruto Interno (PBI), ya que la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) calculó un impacto fiscal de 0,23% si se llevaba a $105.000, y de 0,30% si quedaba en $115.000. La oposición terminó por consensuar un sendero intermedio entre esas opciones.

Claro está que hay otras áreas que, según la semana, son prioridad circunstancial para la oposición. Después son olvidadas, como ocurrió con las universidades y una reunión de semanas atrás que armó el cristinista y titular de la comisión de Educación, Eduardo De Pedro, que -al parecer- quedó más para fotos y redes sociales.

El Frente de Todos, mientras digiere y se organiza para mover la estantería esta semana por la situación de su condenada “jefa” -ahora todos se reconocen peronistas, tras años de desprecio al Partido Justicialista-, piensa en un pedido de sesión especial para la semana próxima, el día anterior o posterior al informe de gestión que ofrecerá el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.

Si el llamado no es validado por la titular de la Cámara alta, Victoria Villarruel, el kirchnerismo podría presentarse al recinto y conseguir el número por su cuenta, ya que el pleno tiene potestad para esas acciones. Precisará de dialoguistas que ya no esconden enojos contra el Gabinete de Milei y la propia vicepresidenta. En el medio, la rosca política que dice despreciar la Casa Rosada y que aplica a fondo -de manera selectiva-, muchas veces, cuando ya es tarde.

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